¡Quiero mi ventresca!
La verdad es que el tema sobre el que quería escribir hoy estaba relacionado con el vídeo que ilustra estas páginas, pero el sábado me sucedió un hecho que quiero comentar. Veréis. Muchos sábados por la mañana tengo la costumbre de acercarme al supermercado de “El Corte Inglés” –concretamente el de la Diagonal de Barcelona, claro- a comprar pescado. Me gusta ver de primera mano las “novedades” que nos aporta el Mediterráneo o el Atlántico a la vez que compruebo que es lo que me voy a comer. No es porque no me fíe, no, es que disfruto siendo aconsejado por el esforzado pescadero o pescadera de las bondades gastronómicas de las primicias marinas. Además no hay vez que no pille alguna receta del coquinero referente a cómo se puede –o debe- cocinar el fruto del mar en cuestión.
Pues bien este sábado pasado había un tumulto de gente en el tenderete de la pescadería que no se correspondía ni con la cuesta de enero ni con la crisis. La masa humana me impedía acercarme al expendedor de números por el camino más directo, así que tuve que dar un rodeo por los pasillos de las mermeladas que eran los que parecían estar más expeditos. Me colé por uno de ellos y, cuando ya enfilaba con el carro para la salida de los entre expositores, una pareja alta y angosta acompañada de tres pequeños energúmenos que sin duda eran hijos suyos cosa que deduje por el corte de pelo y de ropa, me impedían el paso. Así que le dije al ínclito caballero –era él el que en realidad mas estorbaba- que si hacía el favor de dejarme pasar. Nada, ni caso. Como si no existiese. Total que alcé mi vista –me pasaba una cabeza- al sujeto y le repetí ya en voz más alta el requerimiento. No sé porqué razón aquellos individuos me estaban resultando familiares, como si los hubiese visto en algún lugar. Conocidos míos seguro que no eran porque no he tratado nunca con personas de tanta altura, así que debía ser por alguna otra razón. Bueno, con esa sensación estaba, cuando por la parte posterior de las estanterías aparecieron dos individuos con aspecto de anuncio de “Emidio Tucci” y otros dos de igual guisa por la salida de la parte delantera de las gavetas por lo que aquello se convirtió en un paso infranqueable.
Empecé a creer que aquella pareja eran los padrinos de algún clan mafioso que, para dar apariencia de normalidad, iban los sábados por la mañana con sus hijos al supermercado acompañados, eso si, por una recua de guardaespaldas (porque aquellos seguro que eran guardaespaldas) Ya me veía yo encarándome con aquél sujeto que no dejaba acercarme al número de la pescadería para hacerme con un pedazo de “ventresca” de atún a la que le había echado el ojo nada mas visualizar los ‘casi’ cadáveres de pez. Finalmente, sin mirarme, se apartó lo justo para que el carro pudiera pasar. ‘Que tipo más agradable’, murmuré entre dientes devolviéndole la “no mirada” (entre otras cosas porque me quedaban muy altos sus ojos). Me fui raudo hacia el expendedor de números. Cuando iba a coger el número coincidí con una señora a la que, amablemente, le cedí el turno de estiramiento numérico. A mi me tocó el noventa y cuatro. Me arrepentí ya que la señora del noventa y tres, después de que habían pasado más de cuarenta números sin que el codiciado interior del atún se hubiese movido, me arrebató la deseada “ventresca”. Tuve que conformarme con comer aquél día una lubina a la sal. Salvaje, eso si. Y todo por culpa de aquella pareja que me había frenado en mi carrera hacia un número mas bajo.
Llegué a casa. Enchufé el ordenador para escribir sobre la belleza de las montañas cubiertas de nieve, lo agradable que es deslizarse por ellas cubiertas de aquél polvo (de nieve) y colocar el vídeo adjunto a este escrito, cuando me apareció la foto de aquella familia que había abortado mis deseos culinarios. Y me trastocó los planes de escritura porque a modo de “wanted” quiero ver si alguien reconoce a los referidos sujetos para reclamarles mi “ventresca”. Ahí os dejo la foto .
13 comentarios
Para amigoplantas, si sigues por ahí... -
Un saludo.
Para kale, impaciente -
Para Noa, con nuevas ilusiones -
Y a tod@s l@s que nos leen... no dejéis de pasaros por la dirección de "Noa". Merece la pena. Besos.
amigoplantas -
Su foto está en mi mesilla,y no sigo...
kale -
Noa -
Para agradablemujer, quitarás la nieve con el sudor de tu frente -
Para kale, quería leer el escrito no 'idem' -
Para calma, por partida doble... -
agradablemujer -
Este invierno ya he logrado una bajada con estilo. Sin duda es hermoso el blanco paisaje,pero ya comienzan a pesar los -14 grados mantenidos y quitar la nieve de la entrada cada amanecer.
Saludos
kale -
Y que me regresen lo que por su causa he perdido: el bonito escrito que pensabas dejar en este espacio sobre la nieve y sus delicias...
calma -
Soñaré...
calma -
Voy a ver el vídeo y a la cama... bona nit.